Proverbios chinos
Ama a tus vecinos, pero no te deshagas de la cerca.
El oro legítimo no teme al fuego.
Con el viento fuerte se conoce la resistencia de la hierba.
El agua hace flotar el barco, pero también puede hundirlo.
Una pulgada de tiempo es una pulgada de oro.
El árbol más fuerte y frondoso vive de lo que tiene debajo.
Quien comete muchas injusticias, busca su propia ruina.
El agua derramada es difícil recogerla.
La flor no se conserva roja cien días.
El vuelco del carro delantero puede servir de aviso al que va detrás.
Antes de ser un dragón, hay que sufrir como una hormiga.
Siembra melones y recogerás melones; siembra habas y recogerás habas.
El dragón inmóvil en las aguas profundas se convierte en presa de los cangrejos.
Aprender sin pensar es inútil, pensar sin aprender es peligroso.
Cuando el genio apunta a la luna, el tonto se queda mirando al dedo.
El jade necesita ser tallado para ser una gema.
Sin tigres en el monte, el mono es rey.
Oro y jade por fuera y algodón podrido por dentro.
El que ha desplazado la montaña es el que comenzó por quitar las pequeñas piedras.
Un vecino cercano es mejor que un pariente lejano.
El que hace el bien de los demás hace el suyo.
En el mundo no hay banquete que no tenga fin.
La flor de loto asoma inmaculada del fango.
Un solo día de frío no basta para congelar el río a tres pies de profundidad.
El primer paso siempre cuesta.
Si no dejas de esculpir, lograrás tallar obras de metal y piedra.
El arroz ya está cocido.
Quien mucho come, poco digiere.
Las gotas de agua horadan la piedra.