Page 195 - Saberes y raíces 3 Lenguajes
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¡Tengo una idea!
                      Te compartiré la técnica que me enseñó
                   mi maestro de artes, Roberto Ratón Chéjov. Así,
                reconocerás qué sientes y podrás expresarlo. Luego,
                          escribiremos sobre tu experiencia.
                                                                                                   ¡No entendí
                                                                                                  nadita! ¡Suena
                                                                                                   complicado!

                            ¡Calma, amiguito!
                              Yo te guiaré.






               2.  Necesitas estar en un espacio abierto, como el patio de la escuela, y que el profesor
                    lea las instrucciones para guiarte.


                    a)  Cierra los ojos, y respira lento y profundo. Pon atención solamente en tu respira-
                        ción. Ignora los ruidos y relájate.
                    b)  Piensa que tu cuerpo se hace ligero como la pluma de un ave. De pronto, te vuelves
                        viento, como el que sientes en la cara en otoño o si vas a la playa.

                    c)  Abre los ojos despacio y muévete por el lugar como si fueras viento. ¿Qué partes
                        de tu cuerpo mueves? Haz gestos que muestren que eres viento e imita su sonido
                        cuando corre fuerte y levanta hojas.
                    d)  Vuelve poco a poco a la calma y respira profundamente.
                    e)  Completa la tabla a partir de tu experiencia “siendo viento”.


                      ¿Qué emociones
                      experimentaste?

                     ¿En qué partes del
                    cuerpo las sentiste?

                   Escribe tus sonidos de
                  viento (onomatopeyas).



                              Sócrates dice...
                               en ocasiones, no encontramos las palabras precisas para explicar algo. Sobre todo,
                               cuando se trata de emociones. Para ello, conviene usar comparaciones.




               ¿A qué se parece?



               La comparación es una figura retórica que consiste en encontrar similitudes entre lo que
               deseamos expresar y algún elemento real o imaginario con el que comparte algunas
               características.



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