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• Antes que nada, se debe utilizar té indio o chino.
• El té chino posee virtudes que no son despreciables
en la actualidad: es económico y se le puede beber despised (adj.):
sin leche, aunque no hay mucha estimulación en despreciado
esto. Uno no debe sentirse más avispado, valiente u whitewash (n.):
optimista después de tomarlo. Cualquiera que haya cal
empleado esa reconfortante frase de “una buena taza china (n.):
de té” se refiere invariablemente al té indio. porcelana,
cerámica
• En segundo lugar, el té no debe hacerse en beforehand
(adv.):
cantidades reducidas, es decir en una tetera. El té antemano, de
salido de una urna siempre es insípido, mientras que heaped (adj.):
el té del ejército, hecho en un caldero, sabe a grasa y copeteada
cal. La tetera debe ser de porcelana o barro. Las
teteras de plata o Britannia producen un té inferior, y
las esmaltadas son peores; aunque, por extraño que
parezca, las teteras de peltre (una rareza en nuestro
días) no son tan malas.
• En tercer lugar, la olla debe calentarse de antemano.
Lo ideal para esto es colocarla sobre la hornilla, no
enjuagarla con agua caliente, el método usual.
• En cuarto término, el té debe ser fuerte. Para una olla
con capacidad de un litro, si vas a llenarla casi hasta
el borde, seis cucharaditas copeteadas serían lo
correcto. En tiempos de racionamiento, esta no es
una idea que pueda realizarse todos los días de la
semana, pero sostengo que una taza de té fuerte es strainer (n.):
mejor que veinte débiles. Todos los verdaderos colador
amantes del té gustan no solo del té fuerte, sino que infuse (v.):
también gustan de que sea un poco más fuerte cada hacer una
infusión
año, hecho reconocido en la ración extra que se
destina a los pensionados de edad avanzada.
• En quinto término, el té debe vaciarse directamente
en la olla, sin coladores, bolsas de muselina ni otros
dispositivos que lo encarcelan. En algunos países, las
teteras cuentan con pequeñas canastas colgantes
bajo el pico que atrapan las hojas sueltas, a las que
se supone dañinas. Lo cierto es que uno puede tragar
hojas de té en cantidades considerables sin ningún
efecto tóxico, y si el té no se diluye en la olla, jamás
hará una infusión apropiada.

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