Page 65 - @ccess 3 Reader´s Book

Se arrodilló en la arena y estudió la vasija,
y al final usó su cuchillo de pesca para
retirar el sello. Metió un dedo y no sintió
nada. La volteó de cabeza y nada cayó.

“¡Es mi mala suerte!”, susurró. “Fui un
tonto al haber perdido mi tiempo”. Pero
justo en ese instante una espesa nube de
humo salió de la vasija y se elevó en
volutas por el aire, girando e hinchándose
tanto que pronto una densa niebla cubrió
la arena y el mar. El pescador miró
maravillado mientras la niebla comenzaba
a retorcerse hasta que adoptó la forma de
un gallardo y gigantesco espíritu, la
criatura más briosa que él hubiera visto
jamás. El espíritu habló entonces, y su voz
era una especie de chilldo. “¡Rey de los
genios!”, bramó. “¡Nunca más volveré a
desobedecerte!”

Al oír estas palabras, el pescador sintió
que recuperaba algo de su valor, así que
balbuceó: “¿Cómo fuiste a acabar
encerrado en esa vasija, genio?”

El genio gruñó: “Si no te diriges a mí
civilizadamente, te mataré”.

“¿Qué?”, exclamó el pescador. “¿Por qué
matarías al mismo hombre que te ha
puesto en libertad? ¿Acaso no deberías
recompensarme?”.

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