Page 129 - Saberes y Raíces - Español 3
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En la carretera, nos cuentan, los autos se encontraron varios convoyes de la CFE, uno de ellos como de 30
F PickUp que se movían a velocidad hacia Chilpancingo. En los medios se empezó a dar a conocer el pronóstico
del presidente: Otis tocaría tierra cerca de las 4 de la mañana.
El aeropuerto cerró sus vuelos a las 18:00 horas, los taxis se fueron a sus casas y los turistas empezaron a mo-
G verse por sus propios medios. Las camionetas del aeropuerto no se daban abasto y todo mundo buscaba refugio
en su hotel.
Las tiendas cerraron sus puertas a las 20 horas, ya se estaba dimensionando el verdadero tamaño de Otis, sería
H categoría 4 o hasta 5, con vientos de entre 250 y 300 kilómetros por hora, en las tiendas y restaurantes te avisa-
ban que el fenómeno entraba en la bahía, que venía fuerte y pues era hora de moverse.
A partir de las 9 horas, Acapulco entró en pausa. Las calles se vaciaron y los trabajadores que alcanzaron a llegar
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a sus casas buscaron refugio, muchos tuvieron que caminar bajo la lluvia.
En los hoteles, los turistas se movieron a las zonas más concurridas. Bares y restaurantes recibieron a grandes
J grupos de visitantes. Otis coincide con un evento internacional de minería: diez mil visitantes presentes en los
hoteles de playa y se movieron del centro de convenciones a los hoteles.
Entre las 22 y 23 horas, la velocidad del viento ya era de 100 km por hora, las palmeras resistían, los extranjeros
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miraban extrañados, no les cabía en la cabeza lo que estaba pasando.
Otis pegó con furia cerca de la media noche, pero desde las 23 horas ya era imposible moverse al aire libre, las
L habitaciones sufrieron el embate del viento a 300 kilómetros por hora, las palmeras se doblaban a 45 grados, la
lluvia era horizontal, los cambios en la presión atmosférica eran enormes, los edificios vibraban.
Los espejos y vidrios de los pasillos se reventaron, muchas ven-
tanas salieron volando, los cortes de energía que fueron espo-
rádicos entre las 20 y las 22 horas se volvieron permanentes.
Algunas de las habitaciones se vaciaron con gente que de pla-
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no buscó refugio, muchos visitantes se movieron a sótanos, a
refugios improvisados, pero la peor suerte fue de un grupo de
asistentes que quedaron atrapadas en el autobús a las 23 ho-
ras y no pudieron salir hasta la madrugada.
El internet desapareció antes de las 3:00 horas de este miérco-
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les. Y van veinte horas sin luz en la costa.
Nos dicen que la carretera tiene deslaves y que no se puede pasar más allá de Chilpancingo. La zona hotelera es
Ñ un paisaje apocalíptico, la destrucción de los hoteles es enorme. Los daños incalculables, los autos que llegaron
desde CDMX o del norte del país están severamente dañados.
La convención minera se acabó. No hay más. Los canadienses y europeos que vinieron deambulan sorprendidos
por lo que pasó, los despojos se encuentran por todos lados, hay un auto en el lobby de un hotel, las villas están
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destrozadas y ni siquiera hay la oportunidad de escapar por carretera. No se puede pasar más allá de Chilpancin-
go, algunas camionetas intentaron irse y la Guardia Nacional los regresó.
Solo queda esperar que regrese la energía y vuelvan a funcionar las torres de telecomunicaciones. Hasta la tarde
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de este miércoles, no se sabe si habrá alguna solución para los turistas en su papel de damnificados.
Fuente: https://www.elsoldemexico.com.mx/republica/sociedad/cronica-del-huracan-otis-a-300-kilometros-por-hora-en-tu-ventana-10906808.html
(Consulta: 22 de marzo de 2024).
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