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La verdad es que hay muchas cosas que nadie te busca la reputación efímera
dice de vivir solo. Imaginas que irás a vivir a un
espacioso departamento bellamente amueblado, con
un balcón y una vista preciosa…
En realidad, el departamento de mis sueños fue una
habitación muy pequeña que tenía solo una cama,
una mesa, una silla y una estufa… en lugar de
balcón, había una ventanita que yo cubría con mi
cuaderno cuando, de vez en vez, quería llorar sin que con gafas a la nariz y talega de lado;
mis vecinos me oyeran.
Ropa. El primer fin de semana de mi vida
independiente descubrí que la ropa no se lava sola,
tienes que lavarla si no quieres parecer un mendigo.
¿Quién lavaba antes mi ropa? Era un misterio sin
resolver hasta ese día. Cuando vives solo, comer es
una aventura. No puedes ir a un restaurante tres
veces al día, es muy caro. Tienes que aprender a
cocinar. Otra opción es comer atún frío, pan seco y
chiles verdes crudos.
Sí, la verdad es que vivir solo no es fácil. Sin
embargo, no lo lamento. Gracias a esta experiencia,
mi relación mi familia ha mejorado. Cuando los visito,
mi mamá todavía me pide que vaya por las tortillas,
mi papá no me deja manejar su coche y mi hermano
menor… bueno, mi hermano menor ha cambiado
mucho… pero sigue siendo un idiota.
PISTA 30 (práctica 5, actividad 12)
“El mundo entero es un escenario”
El mundo entero es un escenario,
y todos los hombres y mujeres meros actores;
tienen sus salidas y sus entradas,
y un hombre en su tiempo representa muchos
papeles,
sus actos son siete edades.
Al principio, el bebé
maúlla y vomita en brazos de su nana.
Después, el escolar, con su mochila
y su cara reluciente en las mañanas se arrastra como PISTA 33 (práctica 5, actividades 20 y 22)
caracol
involuntariamente a la escuela.
Y más tarde el amante
suspira como un horno con la balada espantosa
que compuso a la frente de su amada.
Luego un soldado,
henchido de extraños juramentos y barbado como el
leopardo,
celoso de su honor, súbito y rápido en la pelea,
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incluso en la boca del cañón.
Y más tarde el juez,
de redonda barriga recubierta de sabroso capón,
con ojos severos y barba muy bien recortada,
se llena de sabios refranes y casos modernos
y es así como actúa su parte.
La sexta edad se mete
en el esbelto y bombachado pantalón,
su juvenil calceta, bien salvada, un mundo demasiado
ancha
para su espinilla contraída, y su gran voz masculina
que tiende nuevamente a lo infantil, flautas
y silbatos en su haber.
La última escena de todas,
que pone fin a esta extraña y azarosa historia,
es la segunda infancia y el completo olvido,
sin dientes, sin ojos, sin gusto, sin nada.
PISTA 31 (práctica 5, actividad 20)
Narrador: Lo siento, pero no deseo ser un
emperador. No es lo mío. No quiero gobernar ni
conquistar a nadie. Me gustaría ayudar a todos, de
ser posible: judíos, gentiles, negros, blancos. Todos
queremos ayudarnos unos a otros. Así somos los
seres humanos. Queremos vivir de la felicidad ajena,
no de la desgracia ajena.
PISTA 32 (práctica 5, actividad 20)
Voz: Cuando estaba en la preparatoria, uno de mis
mayores suelos era abandonar mi hogar. No tenía
nada contra mi familia, nada más quería vivir solo,
aprender a ser adulto… Sí, mi mamá me pedía que
limpiara mi cuarto, que fuera a comprar las tortillas…
Mi papá me preguntaba siempre por mis
calificaciones, me pedía que me acostara temprano,
no me dejaba manejar su coche… Mi hermano menor
era un idiota y siempre me fastidiaba… pero no, no
tenía nada contra mi familia…
Narrador: El mundo entero es un escenario
y todos los hombres y mujeres meros actores;
tienen sus entradas y sus salidas,
y un hombre en su tiempo interpreta muchos papeles,
sus actos son siete edades.