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Eso era lo que me decía. Sí, nunca te rindas y sigue sabe a grasa y cal. La tetera debe ser de porcelana o
lo que sientes en tu corazón.
PRÁCTICA 8
PISTA 45 (práctica 8, actividad 13)
“A Nice Cup of Tea”, de George Orwell
Estudiante 1: Pienso que este ensayo trata de cómo
hacer té, a causa del título.
Anunciador: Si buscas “té” en el primer libro de
cocina que llega a tus manos, es probable que
descubras que no se le menciona, o encontrarás a lo
sumo unas cuantas líneas de instrucciones escuetas
que no ofrecen indicaciones sobre varias de las
cuestiones más importantes.
Esto es curioso, no solo porque el té es uno de los
principales pilares de la civilización en este país, lo
mismo que en Irlanda, Australia y Nueva Zelanda,
sino también porque la mejor manera de prepararlo
está sujeta a violentas disputas.
Cuando examino mi propia receta para la perfecta
taza de té, encuentro no menos de once cuestiones
sobresalientes. Sobre quizá dos de ellas habría un
completo acuerdo general, pero al menos otras
cuatro son sumamente controvertidas. He aquí mis
once reglas, todas las cuales considero de oro.
Estudiante 2: El autor habla del té, como lo declaró
en el título, y guiará al lector por su receta para hacer
una buena taza de té.
Estudiante 1: También dijo que nunca ha visto una
receta sobre cómo hacer té, y yo tampoco. Aprendí a
hacerlo cuando tenía 6 años y me dolía el estómago.
La enfermera de la escuela me dio té de manzanilla.
Estudiante 2: Sí, me agrada leer sobre estos temas
porque suponemos que todos hacen las cosas como
nosotros, ¡pero desde luego que eso no es cierto! Yo
no sabía que la gente tomaba té usando técnicas
diferentes. ¿Cómo lo hacen en Rusia, Japón, China y Las tazas para el desayuno tienen mayor cabida,
la India? Sería interesante saberlo.
Anunciador: Antes que nada, se debe utilizar té indio medio frío antes de que uno empiece a tomarlo
o chino. El té chino posee virtudes que no son de
subestimar en la actualidad: es económico y se le
puede beber sin leche, aunque no hay mucha
estimulación en esto. Uno no debe sentirse más
avispado, valiente u optimista después de tomarlo.
Cualquiera que haya empleado esa reconfortante
frase de “una buena taza de té” invariablemente se
refiere al té indio. En segundo lugar, el té no debe
hacerse en cantidades reducidas, es decir en una
tetera. El té salido de una urna siempre es insípido,
mientras que el té del ejército, hecho en un caldero,
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barro. Las teteras de plata o Britannia producen un té
inferior, y las esmaltadas son peores; aunque, por
extraño que parezca, las teteras de peltre (una rareza
en nuestro días) no son tan malas. En tercer lugar, la
olla debe calentarse previamente. Lo ideal para esto es
colocarla sobre la hornilla, no enjuagarla con agua
caliente, el método usual. En cuarto término, el té debe
ser fuerte. Para una olla con capacidad de un cuarto
de galón, si vas a llenarla casi hasta el borde, seis
cucharaditas copeteadas serían lo correcto. En
tiempos de racionamiento, esta no es una idea que
pueda realizarse todos los días de la semana, pero
sostengo que una taza de té fuerte es mejor que veinte
débiles. Todos los verdaderos amantes del té gustan
no solo del té fuerte, sino que también gustan de que
sea un poco más fuerte cada año, hecho reconocido
en la ración extra que se destina a los pensionados de
edad avanzada. En quinto término, el té debe vaciarse
directamente en la olla, sin coladores, bolsas de
muselina ni otros dispositivos que lo encarcelan. En
algunos países, las teteras cuentan con pequeñas
canastas colgantes bajo el pico que atrapan las hojas
sueltas, a las que se supone dañinas. Lo cierto es que
uno puede tragar hojas de té en cantidades
considerables sin ningún efecto tóxico, y si el té no se
diluye en la olla, jamás se disolverá apropiadamente.
En sexto lugar, la tetera debe acercarse a la taza, no al
revés. El agua debe estar hirviendo al momento del
impacto, lo cual significa que se le debe mantener en
el fuego mientras se sirve. Algunas personas añaden
que solo debe usarse agua recién puesta a hervir, pero
jamás he notado que eso haga alguna diferencia. En
séptimo lugar, después de hacer el té, hay que
revolverlo o, mejor todavía, darle a la tetera una buena
sacudida, tras de lo cual debe permitirse que las hojas
se asienten. En octavo término, se le debe beber en
una buena taza para el desayuno; es decir, una taza
de tipo cilíndrico, no pequeña y de poca profundidad.
mientras que en las de la otra clase el té siempre está
siquiera. En noveno, siempre hay que descremar la
leche antes de que se le utilice para el té. La leche
demasiado cremosa da invariablemente al té un sabor
empalagoso. En décimo, el té siempre debe servirse
en la taza primero. Esta es una de las cuestiones más
controvertidas; de hecho, en cada familia británica hay
probablemente dos corrientes de pensamiento sobre
este tema. La corriente según la cual la leche es
primero puede aducir algunos argumentos sólidos,
pero sostengo que el mío es irrefutable.