Page 220 - Saberes y Raíces - Español 1
P. 220
T-2
Fase 2 Exploramos
3. Lean las cartas y realicen lo siguiente:
• Identifiquen las partes de la carta: lugar y fecha, saludo, cuerpo de la carta, despedida y firma.
• Anoten la letra que corresponde a los recursos lingüísticos y literarios resaltados que usa el remitente. Sigan el ejemplo:
a) Metáfora c) Analogía e) Ironía g) Hipérbole i) Antítesis
b) Comparación d) Personificación f) Adjetivo h) Adverbio j) Frase adjetiva
Ciudad de México, 22 de mayo de 1980
Estimable señor:
h
Como he pagado a usted tranquilamente el dinero que me cobró por reparar mis zapatos, le va a extrañar
sin duda la carta que me veo precisado a dirigirle.
En un principio no me di cuenta del desastre ocurrido. Recibí mis zapatos muy contento, augurándoles una lar-
ga vida, y satisfecho por la economía que acababa de realizar: por unos cuantos pesos, un nuevo par de calzado.
(Estas fueron precisamente sus palabras y puedo repetirlas).
Pero mi entusiasmo se acabó muy pronto. Llegado a casa examiné detenidamente mis zapatos. Los encontré
un poco deformes, un tanto duros y resecos. No quise conceder mayor importancia a esta metamorfosis. Soy
razonable. Unos zapatos remontados tienen algo de extraño, ofrecen una nueva fisonomía, casi siempre deprimente.
[…] Pues bien: no pude esperar hasta el día siguiente y me descalcé para comprobar sus promesas. Y aquí es-
toy, con los pies doloridos, dirigiendo a usted una carta, en lugar de transferirle las palabras violentas que suscita-
ron mis esfuerzos infructuosos. Mis pies no pudieron entrar en los zapatos. Como los de todas las personas,
mis pies están hechos de una materia blanda y sensible. Me encontré ante unos zapatos de hierro. No sé
cómo ni con qué artes se las arregló usted para dejar mis zapatos inservibles. Allí están, en un rincón, gui-
ñándome burlonamente con sus puntas torcidas.
[…] Los que le di a componer eran unos zapatos admirables que me habían servido fielmente durante muchos
meses. Mis pies se hallaban en ellos como pez en el agua.
[…] Debo decir que del examen que practiqué a su trabajo de reparación he sacado muy feas conclusiones. Por
ejemplo, la de que usted no ama su oficio. Si usted, dejando aparte todo resentimiento, viene a mi casa y se pone
a contemplar mis zapatos, ha de darme toda la razón. Mire usted qué costuras: ni un ciego podía haberlas
hecho tan mal. La piel está cortada con inexplicable descuido: los bordes de las suelas son irregulares y ofrecen
peligrosas aristas. Con toda seguridad, usted carece de hormas en su taller, pues mis zapatos ofrecen un aspecto
indefinible. Recuerde usted, gastados y todo, conservaban ciertas líneas estéticas. Y ahora...
Pero introduzca usted su mano dentro de ellos. Palpará usted una caverna siniestra. El pie tendrá
que transformarse en reptil para entrar. Y de pronto un tope; algo así como un quicio de cemento poco antes de
llegar a la punta. ¿Es posible? Mis pies, señor zapatero, tienen forma de pies, son como los suyos, si es que acaso
usted tiene extremidades humanas.
Pero basta ya. Le decía que usted no le tiene amor a su oficio y es cierto.
[…] Nos hacen falta buenos artesanos, que vuelvan a ser los de antes, que no trabajen solamente para obtener
el dinero de los clientes, sino para poner en práctica las sagradas leyes del trabajo.
[…] Pero esta carta no debe catequizar a usted con ejemplos. Sólo quiero decirle una cosa: si usted,
en vez de irritarse, siente que algo nace en su corazón y llega como un reproche hasta sus manos, venga a mi casa
y recoja mis zapatos, intente en ellos una segunda operación, y todas las cosas quedarán en su sitio.
Yo le prometo que, si mis pies logran entrar en los zapatos, le escribiré una hermosa carta de gratitud, presen-
tándolo en ella como hombre cumplido y modelo de artesanos.
Soy sinceramente su servidor.
Sr. Juan José Arreola
Fuente: https://www.ingenieria.unam.mx/dcsyhfi/material_didactico/Literatura_Hispanoamericana_Contemporanea/Autores_A/ARREOLA/CARTA.pdf
(Fragmento) (Adaptación) (Consulta: 25 de abril de 2024).
220